El Gobierno de Francia ha presentado un ambicioso plan de recuperación o estimulo dotado con 100.000 millones de euros. De esa cantidad se destinarán de forma directa al sector agrario galo 1.000 millones de euros. Un dato a tener en cuenta: se trata de dinero nuevo, de fondos adicionales, no de cambiar partidas presupuestarias que ya existían de un lado a otro. El citado plan se divide en cuatro ejes con la siguiente distribución: 364 millones para recuperar la soberanía alimentaria de Francia; otros 346 millones de euros para fomentar la transición agroecológica; 200 millones de euros para una alimentación sana y sostenible y 100 millones para la adaptación al cambio climático. Estos fondos se van a sumar a los que se han movilizado durante los últimos meses para apoyar a distintos subsectores, como el del vino, por valor de varios centenares de millones. Además los agricultores y ganaderos galos podrán arañar más dinero de forma indirecta de otras partidas. Eso es lo que se ha hecho y lo que se va a hacer en Francia.
Llegados a este punto hay que preguntarse por lo que se ha hecho en España y por lo que va a hacer el Gobierno y, más en concreto, el Ministerio de Agricultura. Meses atrás se anunciaron 10 millones de euros para el sector del ovino y caprino; otros 10 para el cerdo ibérico, en una medida que ha fracasado, y otros tantos para los productores de flor cortada y planta ornamental. Además de ser unas cifras ridículas si se comparan con las galas, resulta que nuestros agricultores y ganaderos teóricamente beneficiarios de esos apoyos todavía no han visto un solo euro y tardarán varios meses en verlos. Y respecto a lo que piensa hacer el desaparecido ministro Luis Planas no hay ni una sola noticia, ni un solo plan, contrariamente a lo que ha hecho su colega francés.
De momento, Luis Planas ocupa su tiempo en ejercer de palmero y “agradaor” de su presidente Pedro Sánchez. El último ejemplo: el desaparecido Planas desapareció de las dos primeras jornadas de la reunión informal de los ministros de Agricultura de la UE, que tuvo lugar desde el domingo 30 de agosto hasta el martes 1 de septiembre. En lugar de acudir a la ciudad alemana de Coblenza, se quedó en Madrid hasta el lunes por la tarde para aplaudir a Pedro Sánchez durante el acto que este último protagonizo en Madrid con empresarios y miembros de la sociedad civil. En resumidas cuentas, cuando no está desaparecido, Luis Planas ejerce de palmero y “agradaor” de Sánchez, en lugar de defender los intereses de los agricultores y ganaderos españoles allí dónde debe.
Mientras en Francia apoyan a sus agricultores y ganaderos con 1.000 millones de euros adicionales, aquí, de momento, no se ha cobrado ni una sola ayuda de las anunciadas, ni tampoco se esperan otras adicionales.