La Comisión Europea concluyó el jueves 30 de junio las negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio con Nueva Zelanda. La Comisión Europea habla de un acuerdo que “contiene disposiciones de sostenibilidad sin precedentes y que tiene en cuenta los intereses de los productores de productos agrícolas sensibles de la UE”.
Pero para la Coordinadora Europea de la Vía Campesina (ECVC), la voz de los campesinos en Europa, este acuerdo sigue basándose en el paradigma comercial obsoleto, en el que los productos agrícolas se utilizan en el intercambio con otros productos básicos, sin tener en cuenta la crisis climática y la crisis de ingresos a la que se enfrentan los agricultores europeos. Con este acuerdo de libre comercio adicional, la Comisión pierde toda la credibilidad sobre sus propuestas para el Pacto Verde Europeo y De La Granja a la Mesa al seguir priorizando el negocio agroexportador y a las élites que se benefician de él sobre los cambios necesarios que necesitan los agricultores, los ciudadanos y el planeta.
Es bien sabido que Nueva Zelanda tiene unos costes de producción muy inferiores a los de Europa para algunos productos animales, como la leche y la carne de ovino y vacuno, que tienden a deprimir los precios del mercado mundial. La apertura de nuevos mercados con Nueva Zelanda repercutirá aún más en la crisis de precios agrícolas y de ingresos de los agricultores en Europa. Además, Nueva Zelanda no aplica las normas medioambientales, de bienestar animal y climáticas de la misma manera que los agricultores europeos.
“¿Cómo puede ser compatible con el Acuerdo de París un acuerdo de este tipo que incluye productos agrícolas sensibles que pueden ser producidos de forma sostenible y agroecológica en nuestros territorios? Hoy en día, este tipo de acuerdos ya no tienen ningún sentido” afirma Andoni García Arriola, miembro del comité coordinador de ECVC. “El comercio agrícola debería considerarse como un sector sensible y tratarse por separado de otros productos comerciales. La prioridad debería ser la construcción de mecanismos de regulación del mercado que permitan a los agricultores de todo el mundo obtener unos ingresos justos a cambio de producir para unos sistemas alimentarios locales sostenibles.”
“En el contexto de la actual crisis alimentaria internacional y con el fin de alcanzar los objetivos de De La Granja a la Mesa, la UE debería comprometerse a nivel internacional para promover un nuevo Marco Multilateral Global para la Ejecución del Comercio Internacional, basado en los principios de la Soberanía Alimentaria de los Pueblos y según la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (UNDROP)”, declara Morgan Ody, coordinadora general del movimiento internacional campesino La Vía Campesina. Para más información sobre la posición de La Vía Campesina, puede leer esta declaración tras las negociaciones de la OMC aquí.