En el mercado nacional siguieron predominando las subidas en los precios del vacuno de carne. La oferta de animales cada vez es más corta. No obstante, el consumo interno no aumenta.
Según fuentes del sector, la demanda europea (especialmente la de Italia) y la de terceros países de animales en vivo empuja los precios.
Comentario de la Lonja de Binéfar
Por su parte, la Lonja de Binéfar (Huesca) habla de subidas generalizadas, esta vez, en todas las categorías y clasificaciones del ganado vacuno, con un mercado muy complejo y con dificultades tanto en las compras como en las ventas de ganado. Existe, en estos momentos, mucha tensión entre productores y comercializadores, con fuertes discrepancias, que no son habituales.
La oferta de animales para sacrificio es escasa, como consecuencia de la crisis que ha soportado el sector. Las hembras y los machos cruzados suben sin dificultades y los machos frisones suben impulsados por el resto de la carne, pero con discrepancias en la mesa de vacuno.
Según esta Lonja, la oferta de animales va disminuyendo y la demanda continúa estable, pero para este año se esperan menos terneros porque se han sacrificado muchas vacas debido a su alto coste de alimentación y a su precio de venta elevado, más elevado que nunca. Sin embargo, después de mucho tiempo con precios elevados, esta semana bajan 3 céntimos en Binéfar.
Durante las últimas semanas, las ventas de animales no se han centrado exclusivamente en los clientes habituales, sino que aparecen clientes esporádicos. Esto genera una subida en los precios a corto plazo. Además, la realidad del mercado nos indica que el vacuno vale más cada semana y esto se refleja en lonja.
Se registran movimientos hacia terceros países, en concreto hacia Libia, también se dan ventas fluidas hacia el mercado europeo y ventas, aunque en menor volumen, hacia el mercado nacional, aunque como es habitual en estas fechas, se venden las piezas más económicas del vacuno.
La comercialización se resiste a subir con fuerza, la producción insiste en las subidas, al final, esta situación desgasta a todos.
Sin embargo, la tendencia de compra a día de hoy está cambiando y, prácticamente, solo se venden los productos más económicos en el mercado nacional. Esto crea muchas dificultades para repercutir las subidas de precios en el destino final y si a esto sumamos sus altos costes de producción, la comercialización está experimentando una reducción de sus márgenes.
Por otro lado, los productores, con un coste de alimentación tan elevado, temen por la rentabilidad de los animales que ahora están en granja. La incertidumbre es la que provoca que las granjas no estén a su capacidad máxima, al final no sobrevive el más fuerte sino el que se adapta.
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O artigo foi publicado originalmente em Agropopular – Cotações.