La estrategia “De la granja a la mesa” ha cumplido un año sin que hasta el momento se hayan despegado aún todas las dudas que existen sobre ella, en gran medida por que desde Bruselas aún no han sico capaces de cerrar la nueva PAC.
Un año de debates intensos, que ha resuelto pocas dudas y que por ello numerosos colectivos, que aglutinan dentro de la Unión Europea a agricultores y ganaderos, productores sectoriales agrarios, fertilizantes, semillas, de maquinaria, etc. han realizado un comunicado conjunto, donde sin oponerse en esencia al enfoque propuesto dentro de la estrategia “De la Granja a la Mesa”, reclaman en una nota de prensa que se debatan las repercusiones que tendrá, y llevar a cabo una evaluación de impacto de su aplicación.
Esta estrategia no sólo repercutirá en la calidad medioambiental de toda la agricultura, sino también en la propia capacidad de producción, la competitividad, las importaciones, y en última instancia en los precios al consumo que afecta a toda la sociedad..
Pues bien, ahora sabemos que esa evaluación de impacto no se realizará por parte de la Comisión Europea, cuando se había prometido un estudio de este tipo. Ante los retos que se plantean a nuestra seguridad alimentaria, es incomprensible e inaceptable ver esta falta de atención por parte de la Comisión.
Los colectivos firmantes de esta comunicación piden como eje de su reiviendicación que se apliquen tres principios: tener una política basada en datos concretos y en pruebas científicas, disponer de herramientas tecnológicas capaces de entusiasmar a la comunidad agrícola con este proyecto político, y, en último lugar, lograr el mismo nivel de ambición en el mercado interior de la Unión Europea, con respecto a aquellos socios comerciales internacionales que no compartan las mismas ambiciones pero que invaden los mercados europeos con sus productos..