En el contexto dramático de la situación en Ucrania, la Unión Europea ha visto una narrativa peligrosa de algunos actores que cuestionan la pertinencia de la estrategia de la granja a la mesa para asegurar la seguridad alimentaria en Europa. En un análisis realizado por campesinos de pequeña escala europeos, ECVC reafirma su apoyo a los objetivos del F2F y exige que se duplique el compromiso para dotar esta estrategia de los instrumentos de política pública y para facilitar la necesaria transición hacia modelos agrícolas y ganaderos más resilientes y menos dependientes de los insumos importados, especialmente en el contexto de la crisis en Ucrania.
Estamos viviendo tiempos dramáticos: miles de personas están muriendo, millones tienen su integridad en riesgo, y cientos de miles huyen en busca de refugio como consecuencia de la guerra en Ucrania motivada por la invasión de Rusia. Además, a estas alturas, es probable que los agricultores ucranianos no puedan sembrar este año y afirmamos nuestro apoyo a los afectados por estos acontecimientos. La guerra está causando problemas alimentarios y energéticos en toda Europa. Esta situación requiere medidas extraordinarias para alimentar a las poblaciones, pero también un gran esfuerzo para reconstruir la soberanía alimentaria de Europa.
ECVC afirma que son los diez millones de campesinos europeos quienes garantizan la seguridad y soberanía alimentaria y un medio ambiente seguro, no la agricultura industrial. Detrás de esta crisis geopolítica, hay una crisis del clima, de la biodiversidad y de la tierra que también amenaza la soberanía y seguridad alimentaria de la población europea. No es posible dejar de lado todos estos problemas. Con respeto a la crisis en Ucrania y las consecuencias para la seguridad alimentaria, el problema no son los objetivos de la estrategia F2F, sino la falta de instrumentos y visión holística para hacer la transición necesaria y cambiar el paradigma de la agricultura y de la cadena de suministro de alimentos.
Por eso, ECVC explica la necesidad de atajar estos problemas a través de los instrumentos de política pública, la regulación de mercados y saliendo del dogma del libre comercio que ha destruido nuestra soberanía alimentaria y nuestro medio ambiente.
Desde el punto de vista de Fergal Anderson, miembro de ECVC y de la organización irlandesa Talamh Beo: “Queremos recordarle firmemente que el abandono de la estrategia F2F no contribuiría a resolver los enormes retos a los que se enfrenta la agricultura europea. Por el contrario, la guerra de Ucrania demuestra que nuestra dependencia de los fertilizantes sintéticos producidos a partir del gas ruso debilitaría nuestra soberanía alimentaria. Del mismo modo, la ganadería depende masivamente de las importaciones de cereales y oleaginosas.”
“Frente a estas fragilidades reveladas por la crisis actual, es necesario más que nunca apoyar un modelo agrícola basado en la complementariedad de la ganadería y los cultivos, ya que es la única forma de garantizar la fertilidad del suelo a largo plazo. Defendemos las políticas públicas de apoyo y la regulación de mercados para la transición hacia modelos agroecológicos más autónomos y resilientes.”
Para entender mejor la posición de ECVC y de los campesinos europeos sobre las consecuencias de la guerra de Ucrania para la soberanía alimentaria europea, se puede leer el artículo entero aquí.