En el último periodo, los pagos directos de la Política Agraria Común (PAC) aumentaron para las explotaciones más extensivas y cayeron para las más intensivas que, no obstante, recibieron más dinero por superficie que las primeras. Así lo recoge el informe de la Comisión Europea que resume los resultados de la PAC en el periodo 2014-2020 y que la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural presentó en un seminario virtual.
El informe muestra que el nivel medio de pagos directos recibidos por el 10% de las explotaciones más extensivas de la Unión Europea fue de 154 euros por hectárea entre 2017 y 2019, un 23% más que el nivel anterior a la reforma de la PAC, de 2011 a 2013. Por el lado contrario, el 10% de las explotaciones más intensivas vio reducir los pagos directos en un 12% en ese periodo, un nivel que se situó en 451 euros por hectárea.
Los pagos directos por trabajador en las explotaciones más intensivas sumaron 1.900 euros, un 78% por debajo de los de las fincas más extensivas, que recibieron 7.700 euros por trabajador.
Según han explicado fuentes de la Comisión, la PAC ha ayudado a mantener las zonas agrícolas y evitar el abandono rural, aunque todavía no se ha explotado «todo el potencial» de la política agraria, que debería utilizarse de forma «más estratégica» y con medidas «más ambiciosas». En este sentido, la Comisión ha señalado que a la falta de mayores avances en la protección de la biodiversidad y los recursos naturales se une la necesidad de progresar más en la distribución de las ayudas para llegar a los agricultores más necesitados.
El 20% de los beneficiarios, con explotaciones de 20 a 100 hectáreas, continuaron concentrando el 80% de los pagos directos
El informe muestra que los pagos directos por hectárea se incrementaron el 18% para los productores de clase más baja entre 2017 y 2019 en comparación con 2011-2013. Sin embargo, el 20% de los beneficiarios, con explotaciones de 20 a 100 hectáreas, continuaron concentrando el 80% de los pagos directos, frente a casi la mitad de los beneficiarios que tenían pequeñas fincas de menos de 5 hectáreas.
También han destacado que la PAC ha contribuido a la seguridad alimentaria, con un aumento de la producción agrícola europea, un 6% más de productividad de 2013 a 2019 y un 15% más de ingresos por trabajador en términos reales en la UE.
Los pagos directos representaron un 25% de los ingresos agrarios en el anterior periodo de aplicación de la política agraria, mientras que el comercio agroalimentario de la UE se mantuvo constante, en un 18% del nivel global.
En el ámbito ambiental, el 66% de los suelos agrícolas destinados a la agricultura orgánica recibieron apoyo europeo y las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector agrario disminuyeron un 20% respecto a 1990. La Comisión ha recordado que no se trata solo de limitar las emisiones en la UE, sino que también hace falta fijarse en las importaciones de alimentos de terceros países donde se produce con menor eficiencia y las emisiones son mayores.
En cuanto al desarrollo rural, la CE ha considerado que la PAC ha facilitado el relevo generacional en el campo dando sostenibilidad en el empleo, pero la rentabilidad de las explotaciones sigue siendo un problema y los jóvenes continúan afrontando dificultades en el acceso a la tierra y al capital.