Pequeñxs y medianxs campesinxs de todo el mundo se han unido como delegación de La Vía Campesina en la COP27 para desafiar los intereses corporativos dominantes presentes en el evento y exigir una reducción de las emisiones agrícolas industriales a través de una transición a la agroecología.
Lxs campesinxs, que están en primera línea de la devastación causada por la pérdida de cosechas, la sequía, las inundaciones y otros efectos del cambio climático, insisten en que una transición agroecológica hacia modelos de agricultura campesina más sostenibles es la única manera de garantizar la justicia climática, la soberanía alimentaria y el fin de la crisis alimentaria. Este modelo contrasta directamente con el statu quo actual que vemos en espacios internacionales como la COP27, donde los intereses corporativos siguen marcando la agenda y las acciones climáticas propuestas no apoyan a lxs pequeñxs campesinxs ni abordan suficientemente los problemas climáticos.
En varias intervenciones a lo largo de la COP 27, la delegación de campesinxs de LVC ha criticado los actuales equilibrios de poder que permiten a las empresas y a los gobiernos beneficiarse del acaparamiento de tierras, agua y recursos. LVC y ECVC siguen rechazando las falsas soluciones que se están perpetrando en los espacios de la COP, como los mercados de carbono, la agricultura de precisión y los OGM. Estas prácticas permitirán a los actores industriales continuar con comportamientos que impactan negativamente el clima, a pesar de los crecientes niveles de muerte, desplazamiento y destrucción que está causando a los sectores más vulnerables de la población.
En cambio, la delegación de LVC ha destacado cómo la transición a la agroecología campesina -un enfoque holístico de la agricultura que trabaja con la naturaleza y no contra ella, basado en la biodiversidad, las sinergias entre las diferentes especies de plantas y animales, la agricultura mixta y la innovación dirigida por lxs campesinxs para producir alimentos accesibles para todxs- ofrece soluciones alternativas reales a los principales desafíos medioambientales, sociales, económicos y políticos a los que nos enfrentamos hoy en día.
En el contexto europeo, los estudios demuestran que la agroecología puede producir suficientes alimentos para alimentar a la población de la UE, mientras nos aleja de pesticidas y fertilizantes químicos, mejora la calidad del suelo y del agua y acaba con las injusticias climáticas y sociales sobre las que se asientan nuestros actuales sistemas alimentarios.
Sin embargo, esta transición debe llevarse a cabo a través de políticas públicas que apoyen a lxs campesinxs agroecológicxs existentes y hagan posible la transición de aquellxs campesinxs que están atrapadxs en los modelos agroindustriales por el statu quo actual.
Para la miembra de ECVC y AbL y delegada de LVC en Egipto, Xenia Brand, las instituciones de la UE y los países europeos deben empezar a cuestionar el statu quo para encontrar soluciones para el clima, poniendo a los campesinos en el centro del proceso. “La COP27 debía ser un espacio de acción e implementación. A un día y medio del final, esta implementación no está a la vista. Hasta ahora, ni la agricultura ni los campesinos se mencionan en el borrador de compromisos, sólo hay una línea sobre la crisis alimentaria. Esto es inaceptable. Exigimos soberanía alimentaria, justicia climática y esto debe incluir a lxs campesinxs y a la agroecología campesina en primera línea”.
La semana que viene, en anticipación a la comunicación del Marco de Certificación de la Eliminación del Carbono por parte de la Comisión Europea el 30 de noviembre, ECVC lanzará un manifiesto en el que se explica exactamente cómo y por qué se pueden aplicar soluciones climáticas alternativas basadas en la agroecología campesina y la justicia climática.
Fonte: European Coordination Via Campesina