La Política Agrícola Común (PAC) es algo que conocen más ciudadanos ahora que hace tres años (73 %) y la mayoría de los europeos (56 %) quisiera un aumento de las ayudas a los agricultores en la próxima década, justo lo contrario de los políticos que abogan por recortes en la PAC y por imponer más medidas sin recursos, según un barómetro publicado por la Comisión Europea este martes 13.
La consulta, realizada entre el pasado agosto y septiembre a algo más de 27.000 europeos de los distintos países, analiza su opinión sobre la agricultura y la alimentación a nivel europeo.
Tres de cada cuatro europeos dicen que saben lo que es la PAC y consideran que todos los ciudadanos se benefician de ella y no solo los productores (76 %, 15 puntos porcentuales más que en 2017).
EL PAPEL DEL CAMPO DURANTE LA PANDEMIA HA HECHO QUE EL CONOCIMIENTO SOBRE LA PAC EN ESPAÑA EL INCREMENTO HAYA SIDO DE 21 PUNTOS
Para la mayoría, el principal objetivo de la política agraria deberían ser facilitar una alimentación segura, saludable y de alta calidad (algo que afirma el 62 %, el mismo porcentaje que hace tres años).
Un número cada vez mayor de europeos piensa que la UE está cumpliendo su papel con respecto a los objetivos clave de la PAC. Asimismo, el conocimiento sobre la PAC ha crecido seis puntos porcentuales en tres años mientras que en España el incremento ha sido de 21 puntos gracias al papel del campo durante la pandemia, justo lo contrario de los políticos.
Además, un creciente número de ciudadanos (56 %) conoce ahora el logotipo de la agricultura ecológica (un aumento de 29 puntos porcentuales en comparación con 2017).
Aunque una proporción cada vez mayor de ciudadanos cree que la agricultura es una de las principales causas del cambio climático (del 29 % en 2010 al 42 % en 2020), la mayoría de los ciudadanos cree que la agricultura ya ha contribuido de manera importante a combatir el calentamiento global (algo que defiende el 55 %, frente al 46 % en 2010).
Por otra parte, siete de cada diez europeos creen que los agricultores deben cambiar su forma de trabajar para atajar el cambio climático incluso si ello implica que el sector sea menos competitivo. Además, el 66 % asegura estar listo para pagar un 10 % más por los alimentos producidos de manera respetuosa con el entorno y para reducir la huella de carbono.